El Cohete Reutilizable de SpaceX puede ser un propulsor de la sostenibilidad
25 octubre, 2024
Es bien sabido que a Elon Musk le fascinan los desafíos de gran envergadura, aquellos que parecen inalcanzables. Aunque no siempre logra sus objetivos, en esta ocasión ha logrado un hito histórico que, como mencionábamos, podría alterar el curso de las misiones espaciales.
No se trata solo del quinto vuelo de prueba de un megacohete Starship, la nave más grande y poderosa jamás construida, que despegó la tarde del domingo desde la base de SpaceX en Boca Chica, Texas, Estados Unidos. Lo realmente relevante es el logro sin precedentes alcanzado con el regreso a la Tierra de este cohete.
Una de las promesas clave de Musk respecto a SpaceX y sus cohetes ha sido la creación del primer cohete reutilizable. Hasta ahora, las naves espaciales lanzadas dejaban atrás componentes que se desprendían durante el retorno y se perdían o desintegraban, lo que significaba que solo unas pocas partes volvían intactas a la Tierra.
Evidentemente, esto generaba un gasto monumental para cualquier misión espacial, ya que las naves, cuyo costo ascendía a millones de dólares, solo se podían utilizar una vez. Sin embargo, gracias al reciente logro de SpaceX, esa situación ha comenzado a cambiar.
¿Cómo funcionó?
A una altitud de 70 kilómetros y viajando a una velocidad de 5,200 kilómetros por hora, el propulsor apagó sus motores mientras la nave superior activaba los suyos, emprendiendo trayectorias diferentes. Aquí es donde comenzó una maniobra revolucionaria: el retorno del propulsor a la base de manera controlada y en perfecto estado, con el objetivo de reutilizarlo en futuras misiones.
Este proceso, que duró apenas 7 minutos, destacó por la precisión con la que el propulsor regresó, siendo capturado por una gigantesca pinza instalada en la torre de lanzamiento. Mientras tanto, la nave superior, tras una hora de vuelo, aterrizó suavemente en el océano Índico, al oeste de Australia, tal como estaba previsto.
Este logro es histórico porque marca el primer retorno exitoso de un propulsor utilizado en un lanzamiento, acercándonos aún más a la meta de contar con una nave espacial completamente reutilizable. No obstante, el siguiente paso será conseguir que la sección superior, es decir, la nave en sí, también pueda regresar a la Tierra en perfectas condiciones para su reutilización.