Nueva normativa de Uber y Cabify en Cataluña: solo podrás pedirlos con horas de antelación
10 enero, 2019
La Generalitat aprobará en los próximos días dos decretos leyes que limitan de forma brutal a Uber y Cabify en Cataluña. Las nuevas normativas pueden provocar su cierre definitivo.
La Generalitat se prepara para asestar el mayor golpe de los últimos años a Uber y Cabify. El Govern, según documentos a los que ha tenido acceso Teknautas, aprobará pronto dos nuevos decretos que modificarán la ley catalana de transportes e incluirán una nueva limitación a la actividad de las empresas VTC: una vez entren en vigor, solo podrás reservar un Uber o un Cabify con entre seis y 12 horas de antelación. La medida, impulsada personalmente por el consejero de Transportes, Damià Calvet, será anunciada en los próximos días y supondría el cierre definitivo de ambas aplicaciones en Cataluña. Como reconoce a este diario un directivo de las VTC, «da igual que exijan seis, 12 o 24 horas de precontratación. Con que pidan una, estamos muertos».
Se trata de la mayor victoria del taxi en nuestro país desde el cierre de UberPop en 2014. La Generalitat, como cuenta este miércoles Teknautas, ultima la aprobación de dos nuevos decretos leyes que serán aprobados antes del 25 de enero. Uno de esos decretos habilita a todos los ayuntamientos de la comunidad autónoma a regular las VTC; el otro habilita al Área Metropolitana de Barcelona (AMB), organismo con regulación jurídica propia. Técnicos del AMB, presidido por Ada Colau, han estado ultimando codo con codo con la Generalitat la estrategia a seguir para evitar que las nuevas medidas puedan ser tumbadas judicialmente.
El taxi vuelve a la guerra: manifestación en Madrid y ‘cierre’ de Uber y Cabify en BCN
Manifestaciones de taxistas en Madrid y exigencias contundentes en Barcelona: piden 24 horas de precontratación para reservar un Uber o un Cabify. Sería el fin del negocio de las VTC
En un documento interno del AMB fechado este enero, el organismo reconoce que hay un «compromiso de la Generalitat de Cataluña de aprobar un decreto ley lo más rápido posible transponiendo a la legislación catalana las nuevas normas en materia de transporte de viajeros y de vehículos de alquiler con conductor, reconociendo la competencia de las administraciones locales y el AMB». En otras palabras, hacer uso del ‘decretazo’ del pasado octubre de Ábalos y regular las VTC. ¿Cómo? De forma brutalmente restrictiva.
La principal barrera que impondrá la Generalitat es la necesidad de precontratar un Uber o un Cabify con al menos seis horas de antelación. El número final de horas está aún en el aire, pero no serán menos de seis y, probablemente, tampoco más de 12. Es la estocada de muerte para las VTC. Pero hay más. Tanto los coches como los servicios que realiza cada coche tendrán que registrarse en un servicio habilitado por el AMB. Los vehículos deberán llevar un aparato electrónico con el que irán enviando a cada momento sus movimientos y servicios contratados.
El AMB incluirá también nuevas restricciones a las VTC (aún por definir) por motivos medioambientales, así como exigencias en materia de contratación laboral y seguridad social. «Habrá que determinar otras condiciones de prestación: el establecimiento de días semanales de descanso, horarios, registro de servicios, condiciones de precontratación y transparencia en las tarifas aplicadas», señala el documento. Este último punto sobre transparencia de tarifas es otra estocada más a Uber y Cabify: con estas nuevas medidas estarán obligados a destripar sus algoritmos y sistema de precios dinámicos para enviar a la Administración el detalle de cómo y por qué calculan los precios de cada trayecto.
Las VTC amenazan el Mobile
«Tienen los días contados, se los van a cepillar», reconoce Alberto ‘Tito’ Álvarez, portavoz de la asociación Élite Taxi en Barcelona y principal impulsor de las negociaciones con la Generalitat y el AMB. Ante la inminente regulación de la Generalitat, el sector de las VTC reconoce que esta medida sería el final de sus operaciones en Cataluña. «Esto es infinitamente peor que el decreto de octubre. Hasta ahora, al menos teníamos cuatro años de margen, con esta nueva regulación estamos muertos en Cataluña. Tenemos que ver cómo vamos a responder, pero que todo el mundo tenga clara una cosa: el Mobile World Congress lo pueden paralizar 1.000 taxis pero también 3.000 coches VTC. Si a lo único que responden las administraciones es al chantaje, no descartamos tampoco esa vía nosotros», explica un directivo del sector que pide el anonimato.
Con estas medidas, la Generalitat se convertirá en la primera comunidad en meter mano a la mayor patata caliente de la ‘guerra del taxi’. Y lo hace cortando por lo sano con una baza jurídica muy importante a su favor: sería muy complicado tumbar esta regulación en los tribunales. «Al hacerlo por decreto ley, están elevando las nuevas exigencias a rango de ley y solo hay una posibilidad para impugnarlo: llevarlas al Constitucional. Eso elimina la posibilidad de medidas cautelares. Además, solo se podría intentar impugnar el número de horas, no la ley en sí. Es decir, en cuanto entre en vigor, matan a Uber y Cabify», explica un jurista del sector. «Me parece una auténtica locura. Creer que cargarse la tecnología en beneficio del taxi es la solución es no entender nada. La Generalitat y el taxi se están pegando un tiro en el pie», añade.
De momento, todo está listo para el disparo. El Govern planea aprobar en los próximos días los dos nuevos decretos leyes. El AMB, por su parte, espera tener redactado su propio reglamento con todos los detalles antes del 25 de enero. Se someterá a una consulta pública durante el mes de marzo tras la cual, en abril, quedará aprobado definitivamente. Si tras el ‘decretazo’ de Ábalos les quedaban cuatro años de vida a las VTC, ahora en Cataluña son solo tres meses. Y la pregunta es: ¿qué harán el resto de regiones, especialmente la Comunidad de Madrid, Andalucía y la Comunidad Valenciana? Si el ‘reglamento Colau’ incendió el sector en 2018, la Generalitat acaba de encender otro fuego para 2019. Este, aún mayor.